Por su Príncipe de Asturias.
Por sus 2 oros en las olimpiadas de Atlanta y Sidney.
Por sus 4 oros, 2 platas y 1 bronce en los distintos mundiales de 1993 a 2003.
Por sus innumerables oros en maratones.
Por su labor humanitaria.
Y, sobre todo, por su eterna sonrisa.
Esta entrada va para él.
¡A por Londres!
Nos vemos en cualquier punto de la replicación.
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